Por: José M García Mateo, MD, FACE.
Presidente de la Sociedad Puertorriqueña de Endocrinología y Diabetologia
Estamos en medio de la pandemia del virus COVID-19 lo cual nos ha mantenido a todos alerta a toda la información relacionado a esta situación. Una de las controversias que ha surgido es el posible aumento en la susceptibilidad a la infección con COVID-19 por el uso de los inhibidores de la enzima convertasa de angiotensina (ECA) y antagonistas del receptor de angiotensina 2 (ACEi y ARB’s por sus siglas en ingles). Estos medicamentos son comúnmente usados en nuestra practica clínica como anti-hipertensivos y por sus efectos beneficiosos en enfermedad crónica del riñón causada por diabetes, fallo cardiaco crónico y enfermedad cardiovascular. Ejemplos de estos son enalapril, fosinopril, lisinopril, losartan, irbesartan, entre otros. Diariamente los medios traen a la luz publica comentarios, como si fueran hechos, que alarman a nuestra comunidad. Esto lleva a mas ansiedad y a tomar decisiones incorrectas en la mayoría de los casos. No tan solo esto, si no que al contrario de la información reportada anteriormente, se ha publicado que estos agentes podrían tener el potencial de prevenir o tratar la infección por el coronavirus.
La posibilidad de que el paciente sea mas susceptible a COVID-19 con estos fármacos con beneficios en enfermedades del corazón y el riñón viene de una explicación compleja de la manera en que estos ayudan al virus a entrar a las células. El pulmón, el cual es el órgano mas afectado por este coronavirus, es mas susceptible a estos problemas. Se ha reportado que los pacientes que mas usan estos fármacos (hipertensos, diabéticos, renales y fallo cardiaco) son los mas afectados.
Contrario a esto recientemente se ha mencionado la posibilidad de un beneficio asociado a estos fármacos mencionados en contra de la infección COVID-19 y como un posible tratamiento. Sus efectos directos han sugerido protección del proceso infeccioso en el pulmón, mayormente en animales y estudios pequeños en humanos con daño viral respiratorio.
Ante esta controversia el Dr. George Bakris, una reconocida autoridad en el área de hipertensión arterial en la Universidad de Chicago comenta: “Esto es controversial y es solo una hipótesis no fundada en evidencia, así que no necesitamos el sensacionalismo de los medios en esta situación. Todavía no tenemos claro como es causada la infección COVID-19, así que menos vamos a saber como interactúan los medicamentos con el proceso de la infección”.
“Eso si, sabemos lo que va a suceder si el paciente deja estos fármacos si los necesita: descontrol de la presión arterial, aumento en mortalidad, deterioro en el riñón, entre otros,” añade Bakris.
En nuestra población los desordenes cardiometabólicos como diabetes, hipertensión arterial e insuficiencia renal también son una pandemia. No podemos poner en duda el beneficio probado de estos fármacos basado en evidencia por una hipótesis sin una base clara. Las diferentes sociedades relacionadas a la enfermedad cardiovascular e hipertensión como la Sociedad Europea de Cardiología (ESC), Asociación Americana del Corazón (AHA), Colegio Americano de Cardiología (ACC) y la Sociedad de Fallo Cardiaco de America (HFSA) han reaccionado a esta controversia. Todas estas concluyen unánimemente que los paciente que están tratados con inhibidores de ECA o bloqueadores del receptor de angiotensina 2 para indicaciones como hipertensión, fallo cardiaco o enfermedad isquémica cardiaca, deben continuar con su tratamiento. Cualquier cambio de tratamiento en estas condiciones cardiovasculares para pacientes a riesgo o con infección COVID-19 debe ser supervisada y basada en la mas reciente evidencia científica. La evidencia no confirma la necesidad de descontinuar este tipo de terapia y se asociaría a riesgos mayores. La Fundación Nacional del Riñón (NKF) también se une a este llamado enfatizando el deterioro de la función del riñón en pacientes que descontinúan estos fármacos para el tratamiento de enfermedades crónicas incluyendo el daño renal por diabetes o hipertensión.
La Sociedad Puertorriqueña de Endocrinología y Diabetología (SPED) apoya el comunicado de las mencionadas asociaciones en mantener el tratamiento con inhibidores de angiotensina para pacientes con indicaciones. También se exhorta a los profesionales de salud y a la comunidad de pacientes a mantenerse alerta a los medios de información con data sobre COVID-19 basada en la mas reciente evidencia científica.