La diabetes es un trastorno metabólico que se caracteriza por un aumento de la glucosa (azúcar) en la sangre ya sea por falta; por disminución en la secreción insulina en el páncreas; o por pobre utilización de la insulina por el cuerpo debido a la resistencia de los tejidos a la misma. La insulina es necesaria para convertir los alimentos que consumimos en energía. Si no se puede utilizar la insulina la glucosa en la sangre aumenta. El exceso de glucosa se elimina por el riñón produciendo así un aumento en la frecuencia y cantidad de orina y un aumento en sed e ingestión de agua,
La prevalencia de esta condición en Puerto Rico es bastante alta. Ésta ha variado desde 10.8% en el 1996 hasta 12.8% en 2010 y ha sido la tercera causa de muerte consistentemente desde el 1998 hasta el año 2008. Aunque no se sabe definitivamente la causa de la diabetes, hay algunos factores que nos hacen propensos a desarrollarla: herencia, edad, raza, obesidad, hipertensión, colesterol y triglicéridos altos.
La diabetes mellitus tipo 1, también conocida como diabetes juvenil, es una enfermedad caracterizada por una destrucción selectiva de las células productoras de insulina en el páncreas, causando una deficiencia absoluta de esta hormona. Se presenta en una época temprana de la vida, generalmente antes de los 30 años. Para su control es necesario el uso de insulina en inyecciones.
En la diabetes tipo 2 el páncreas produce insulina, pero esta no es efectiva y no se pueden mantener los niveles de glucosa normales. La resistencia de las células de los tejidos al efecto de la insulina es el problema principal en esta condición. La mima se puede controlar con dieta y ejercicio físico, además de medicamentos por boca solos o en combinación con insulina.
Una diabetes descontrolada a largo plazo resulta en la aparición de las complicaciones crónicas como retinopatía (daño a la retina), enfermedad crónica del riñón que puede terminar en diálisis, enfermedad cardiaca y ataques cerebrales y enfermedad de los vasos sanguíneos de las extremidades (causando mala circulación y úlceras) que puede terminar en amputaciones de las extremidades.
Si nos mantenemos saludables, llevando una buena dieta, físicamente activos y manteniendo un peso adecuado podemos retrasar la aparición de la diabetes. Los que ya la padecen pueden retrasar o evitar la aparición de las complicaciones ya mencionadas observando estas medidas y usando adecuadamente los medicamentos disponibles para su control.